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Cosas sin ojos / things without eyes es una miniestructura inestable y de fuga propuesta para vigilar las emisiones entre objetos pictóricos y escultóricos para siempre enfrascados en la búsqueda, conquista y pérdida de los espacios a los que, por supuesto, no pertenecen.


Christian Camacho

 


Decir que los objetos artísticos existen a partir de su materialidad no es cosa de poco peso. Las pinturas se cuelgan o se recargan, las esculturas se posan o penden. Físicamente, están determinados por sus cualidades materiales y de ello depende su colocación en el espacio de exhibición, si no ya en el mundo. 


El cubo blanco es un espacio en el que las cosas están dispuestas para ser miradas y pensadas en sus particularidades específicas. Ahí, los objetos artísticos se despliegan en soportes que regulan el espacio: sobre el piso, en pedestales, colgados del techo o sobre los muros.


La obra de arte, en su carácter doble epistémico-fenomenológico, produce pensamientos y sensaciones en el espectador. Para Camacho (y para la ciencia), ambos momentos comparten una realidad cuántica, pues se conforman, en lo más íntimo de su existencia, en una relación de flujos de electrones.


Cosas sin ojos / things without eyes se nos presenta como una estructura que pone en tensión nuestra relación con el objeto artístico, pues éste aparece dispuesto en una correspondencia inaudita con el cubo blanco: está suspendido. 


La obra es una estructura flotante que gira y que sostiene fragmentos de imágenes lenticulares. Si miramos con atención los recortes de las “cromos” lenticulares dispuestos en la obra, vemos una intermitencia de imágenes, que van de patrones abstractos a paisajes a retratos. 


Sin embargo, la imagen que gira no puede observarse frontalmente, pues siempre está en movimiento. Esta irrupción a la forma normativizada de “ver” una imagen también se presenta en el carácter escultórico de la pieza que niega su relación gravitatoria con el mundo, y así, parece establecer una región  emancipada no sólo de sus cualidades físicas (como el peso), si no de las cualidades propias de lo que llamamos pintura y escultura y todos sus matices intermedios.


La obra parece instaurarse en una zona indeterminada más parecida a la imaginación; más cercana a un ejercicio literario que plástico.


Eric Valencia

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